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¿Conoces el miedo?

El miedo es una de las emociones básicas que toda persona vive en algún momento, igual que otras emociones como la alegría, la tristeza, la ira, la calma y el amor. Todas ellas tienen una función adaptativa, de modo que intentan ayudar a ajustar tu conducta al entorno en el que te encuentras.

Pero no nos engañemos, el miedo es una emoción poco agradable, ya que la sensación que provoca no es grata. Es una experiencia emocional que nos echa una mano en determinadas situaciones, normalmente cuando sentimos que estamos en peligro.

El miedo tiene una base fisiológica. El cerebro humano es un órgano muy complejo. De hecho, hay una red de comunicaciones con más de 100 millones de células nerviosas y que son el punto de partida de todo lo que sentimos, pensamos y hacemos. Algunas de estas comunicaciones conducen a los pensamientos y a las acciones conscientes, en cambio otras producen respuestas autónomas.

Áreas cerebrales relacionadas con el miedo

La respuesta autónoma del miedo, la  que no activamos de un modo consciente, aparece antes de que tu razón haya podido tomar una decisión al respecto. Existen áreas cerebrales relacionadas con el miedo. Las más importantes son:

  • Hipocampo. Se encarga de almacenar y recuperar recuerdos conscientes. Procesa estímulos para establecer el contexto.
  • El tálamo decide dónde enviar datos sensoriales entrantes (de ojos, boca, oídos y piel).
  • Hipotálamo. Esta área activa la respuesta de “lucha o huida”.
  • La amígdala decodifica la emoción, determina la posible amenaza, y almacena recuerdos de la emoción y del miedo.

Tipos de miedo

No todos sentimos miedo a las mismas cosas ni estímulos. El miedo se puede clasificar de la siguiente manera. Tipos de miedos:

  • Según su normalidad. Puede ser:
    • Miedo normal. El que tiene un carácter adaptativo y que se presenta ante un estímulo que puede ser perjudicial para la persona. Es de corta duración y pone al individuo en estado de alerta.
    • Miedo que se prolonga. Se activa aunque no exista peligro. Además, puede prolongarse indefinidamente. Interfiere bastante en el funcionamiento cotidiano y no ayuda para nada a la persona que lo padece. 
  • Según la existencia del estímulo. Depende de si..:
    • El miedo es real. Se refiere a un tipo de miedo que se construye a partir de componentes reales. Se trata de un patrón de activación fisiológica y emocional que tiene valor adaptativo, ya que te ayuda a evitar el peligro de un modo inmediato.
    • El miedo es irreal o irracional. Es uno de los tipos de miedo originado por un pensamiento imaginario y distorsionado. Es un miedo no adaptativo, no existe un peligro real. 
  • Según el nivel de afectación. Puede ser:
    • Miedo físico. Cuando se teme a que pase algo físicamente. Es derivado de un estímulo externo –real o imaginario–. Es otro de los tipos de miedos difícil de controlar, ya que hace que nos movamos automáticamente y de una manera involuntaria para esquivar dicho miedo. Es como si tomara el control de nuestra reacción.
    • Miedo metafísico. Tiene un origen interno y no se nutre de fuentes empíricas. 
    • Miedo al qué pensarán. En ocasiones nos preocupamos sobre qué pensarán los demás o las personas del entorno si hacemos una cosa u otra.

Sentimos miedo cuando nos sentimos amenazados. Y está claro que la percepción de una amenaza es totalmente subjetiva. No todos tenemos miedo a los mismos estímulos ni nuestro cuerpo reacciona igual. El miedo provoca unos efectos físicos y psicológicos como:

  • Mayor atención a lo que percibes en tus sentidos.
  • Hipervigilancia. Esto puede conllevar pensamientos que son más difíciles de controlar.
  • Aumento de la presión arterial.
  • Adrenalina.
  • Tensión muscular.
  • Detención de funciones no esenciales de tu cuerpo.
  • Incremento de la velocidad de tu metabolismo.
  • Aumento de glucosa en sangre.
  • Respiración agitada.
  • El corazón late más rápido.
  • Se activa la sudoración.
  • Cuesta concentrarse.
  • Los procesos digestivos se paralizan.
  • La boca se seca.
  • Puede que los músculos se queden agarrotados.

¿Para qué te sirve el miedo?

El miedo tiene varias funciones:

  • Avisa de algún peligro que pueda hacer peligrar nuestra integridad o nuestra vida.
  • Te mantiene a salvo, en el sentido que te impulsa a llevar a cabo mecanismos de defensa que te alejan o protegen de un peligro percibido a tu alrededor. 
  • Actúa como respuesta a una amenaza psicológica o física.

Al igual que las otras emociones, el miedo es fundamental para nuestra vida. Te ayuda a regular la conducta, incluso podríamos decir que te hace ser precavido y cuidadoso en aspectos que son importantes.

Entre las reacciones más comunes frente al miedo, encontramos:

  • La huida.
  • La disociación. Es la huida mental de la situación.
  • La parálisis.
  • El ataque

Son cuatro mecanismos automáticos e inconscientes. No puedes escoger cuál vas a utilizar, aunque seguramente desarrolles uno más que los demás, de modo que sería una conducta frecuente en ti en cuando sientas ese miedo.

Es interesante intentar controlar el miedo para que no pierdas el control sobre ti misma.

Qué hacer en caso de tener miedo

Ninguna emoción en exceso es buena, así que es aconsejable desarrollar una inteligencia emocional adecuada a lo largo de la vida. No hace falta evitar este tipo de emoción, con aprender a gestionarla es suficiente. Primeramente, pero, tendrás que identificar tus miedos. Así tendrás la posibilidad de combatirlos.

Puedes seguir alguna de estas técnicas:

  • Enfrentarte a tu miedo. Intenta que no controle tu vida. Si pruebas de exponerte a él puede ser una manera de superarlo.
  • Mantén un registro. Anótate todo lo que sucede y cuándo sientes esta emoción. Podrá ayudarte a conocerte mejor y saber más sobre cómo reaccionas frente al miedo.
  • Conócete mejor. Intenta aprender sobre tu miedo. Averigua las consecuencias. Fija pequeños objetivos para superarlos poquito a poco.
  • Técnicas de relajación. Lleva a cabo ejercicios relajantes para calmar y controlar tu miedo, desde yoga, meditación, taichí, hasta un paseo, leer, etc.
  • Mantén una vida activa. Realiza ejercicio y te distraes de tu miedo. Seguir una dieta equilibrada también ayuda, y evita los excitantes y el exceso de azúcar.

El miedo es una emoción que sentimos todos en determinadas ocasiones a lo largo de toda nuestra vida. No debes preocuparte por sentir miedo, ya que es un mecanismo de defensa que surge de manera natural. Intenta aceptarlo para poder controlarlo. En este artículo te hemos explicado qué es, los tipos de miedos y las técnicas que te pueden ayudar a combatirlo. ¡A por él! ¡Ya verás como podrás alejar el miedo de ti!